Tamoxifeno es un medicamento comúnmente recetado para el manejo del cáncer de mama lobular, que se origina en las glándulas productoras de leche del seno [1]. Este fármaco es parte de un grupo de medicamentos conocidos como moduladores selectivos del receptor de estrógeno (SERMs). Estos funcionan inhibiendo el impacto del estrógeno, una hormona que puede estimular la proliferación de células de cáncer de mama [2].
La investigación ha demostrado que el tamoxifeno puede disminuir notablemente la probabilidad de recurrencia en pacientes diagnosticados con cáncer de mama lobular [3]. Generalmente se administra en el entorno adyuvante, lo que significa que se proporciona después de los tratamientos primarios como la cirugía o la radiación para ayudar a prevenir la reaparición del cáncer [4]. El tamoxifeno ofrece varios beneficios, incluyendo la reducción del riesgo de desarrollar un nuevo cáncer en el seno opuesto y la desaceleración o detención del crecimiento de las células cancerosas existentes en el cuerpo [5].
Sin embargo, como con todos los medicamentos, el tamoxifeno puede tener posibles efectos secundarios [6]. Estos pueden variar desde síntomas leves como sofocos y sequedad vaginal, hasta riesgos más graves como una mayor probabilidad de cáncer de endometrio y coágulos de sangre [7]. Es crucial discutir estos riesgos con su proveedor de atención médica y equilibrarlos con las posibles ventajas [8].
En resumen, el tamoxifeno es una opción de tratamiento altamente efectiva para el cáncer de mama lobular [9]. Su aplicación ha llevado a tasas de supervivencia mejoradas para pacientes con este tipo de cáncer [10]. Sin embargo, puede que no sea adecuado para todos, y la decisión de usarlo debe tomarse en consulta con su proveedor de atención médica [11].