Los tumores adenoides quísticos, también conocidos como carcinomas adenoides quísticos, son formas raras de cáncer que ocurren principalmente en las glándulas salivales pero también pueden encontrarse en otras partes del cuerpo [1]. El mejor tratamiento para un tumor adenoide quístico a menudo depende de varios factores, incluyendo el tamaño del tumor, su ubicación y si se ha extendido a otras partes del cuerpo [2].
La cirugía es a menudo la primera línea de tratamiento para los tumores adenoides quísticos [3]. El objetivo es eliminar el tumor y parte del tejido sano que lo rodea [4]. Esto puede ayudar a asegurar que no queden células cancerosas [5]. En algunos casos, si el tumor es pequeño y no se ha extendido, la cirugía puede ser todo lo que se necesita [6].
La radioterapia es otro tratamiento común para los tumores adenoides quísticos [7]. Esto implica el uso de haces de alta energía, como rayos X o protones, para matar células cancerosas [8]. La radioterapia puede usarse sola, pero a menudo se utiliza después de la cirugía para matar cualquier célula cancerosa restante [9].
La quimioterapia, que utiliza medicamentos para matar células cancerosas, es otra opción de tratamiento [10]. Sin embargo, los tumores adenoides quísticos tienden a ser menos receptivos a la quimioterapia que otros tipos de cáncer [11]. Los tratamientos más nuevos, como la terapia dirigida y la inmunoterapia, también se están estudiando para su uso en el tratamiento de tumores adenoides quísticos [12]. Estos tratamientos funcionan al dirigirse a características específicas de las células cancerosas o al potenciar el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer [13].
Es importante discutir todas sus opciones de tratamiento con su equipo de atención médica [14]. Ellos pueden ayudarlo a entender los posibles beneficios y riesgos de cada opción y pueden ayudarlo a tomar la mejor decisión para su situación individual [15].